jueves, 15 de mayo de 2014

La fuerte conexión entre los valores en el hogar y la educación en los niños

El cerebro de un recién nacido cuenta con casi todas las neuronas y células que poseerá en la edad adulta. La diferencia radica en que durante el desarrollo se crearan conexiones de esta forma cuando el niño alcanza los 3 años ya ha formado casi el doble de estas conexiones y conforme el niño crece se va deshaciendo de las innecesarias.

Partiendo de esta información, nos damos cuenta que los primeros años de vida son parte fundamental del aprendizaje y la educación de nuestros hijos,  y que es en el hogar donde se brindara la educación moral fruto de la convivencia familiar. La comunicación entre esposos y la atención apropiada reflejara la buena educación moral de nuestros pequeños.

Si bien es cierto que en las escuelas se enseña a los niños, matemática, lenguaje y otro tipo de educación a nivel académico para el desarrollo de su intelecto; es en el hogar donde se le educa al niño para la vida, si en el hogar se observan discusiones, peleas, insultos; el niño tenderá a crear conflicto de igual manera con sus compañeros de clase, como parte de su integración a la sociedad. Un niño educado es el reflejo de padres educados. 

Entre los valores familiares de mayor importancia tenemos:

El amor; los abrazos, caricias, sonrisas, es decir; todos aquellos gestos y muestras de afecto entre los miembros de la familia, fortalecen la unión y la integridad; el actuar apegado a nuestros principios y el  transmitir sentimientos positivos, aun cuando hayan dificultades será parte de la enseñanza en el hogar y que en el futuro sabrán la mejor manera de enfrentar sus propios problemas.

El respeto es una actitud de consideración, reconocer que cada miembro de la familia tiene distintas opiniones y deseos por  lo que se debe brindar el trato que le corresponde, para que exista armonía a nivel familiar e intrafamiliar.

La obediencia y responsabilidad son valores que vale la pena mencionar, pues obedecer las reglas significa respeto hacia los padres y autoridades; la disciplina es una parte difícil en la educación de los niños, pues muchos padres caen en el error de consentir y no corregir.

Es importante enseñar a los niños cuando su comportamiento no es el adecuado, explicando la actitud inadecuada y la firmeza de nuestra actitud cuando realizan un berrinche; los niños deben de saber quién es la autoridad, pero, no es necesario gritar o insultar pues esto afectaría directamente el autoestima de los niños. 

No olvidemos que los niños son muy observadores y curiosos; los padres son el mejor ejemplo de un niño y recordemos que la mejor forma de enseñar valores a los niños es en hogar.

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